Poema de Miguel Oyarzábal
A PUERTO MADRYN
Aquellas tangencias
de nombres y esferas,
han sido bien trincadas
en la bodega de estribor.
El amanecer
sucede en calma,
como la marea,
mientras que en su borrachera,
el muelle discurre con las gaviotas;
hablan de los relojes,
de la memoria
y de los sueños,
que permanecen
a pesar de la vida.
La sirena se escucha una vez,
dos veces, tres veces
y el buque suelta amarras.
Pero con todo
y más allá de todo,
no se hace a la mar.
1 comentarios:
Hola Miguel:
Te felicito por tu poema tan especialmente referido " cuando solamente soñamos y nunca hyacemos realidad esos sueños" Buenas imágenes!
Un abrazo
Xenia
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