30/1/13

Poema de Carmen Amato


SEÑORA DEL AGUA

IV

No cese de alabarte el agua
No cese de alabarte el hombre
No cesen de alabarte animales y plantas.
Señora de la cauda transparente
Señora de la cauda larga
Señora de los ciclones
Señora de los terremotos
Señora los tsunamis
Señora de las tormentas tropicales
Señora de las derivas
Señora de los tornados
Señora de los desbordamientos
Señora de las presas
Señora de las contenciones
Señora de los ríos detenidos como el Bravo
Señora de los ríos empequeñecidos como el Grande
Señora de los mares de colores
Señora de los Norte y toda la Rosa de los vientos
Bienaventurada seas. Controla a tus elementos.
Señora de los fareros,
Señora de los marinos,
Señora de los balseros,
       Sé con ellos en su trayecto.
Señora iluminada por los rayos
Señora levantada por los vientos
Señora descendida por la lluvia
No nos abandones, no te alejes,
Amaina sobre nosotros tus amorosas tormentas.
No te enfades nunca con nosotros Señora,
acarícianos; gota a gota
arrúllanos; con tu ritmo acuoso
cálmanos; trátanos como a tus pequeños hijos
y sigilosamente márchate
cuando sin darnos cuenta nos quedemos dormidos
en medio de tu canto –Señora del agua-,
seguros y confiados como ahora.
Ahora y en la hora
               de nuestra muerte. 

 

© Carmen Amato

5 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Cara Carmen,
este hermoso poema con ritmo anafórico me remite a las Aguas Primordiales de las que todo ha nacido y de las que un himno del Rig Veda se ocupa:

Como madres cariñosas
dadnos parte aquí
de vuestro jugo benefactor

Aquél a cuyas aguas nos inducís, aguas,
será a quien serviremos
¡Oh, aguas, de donde surgimos!
Te felicito! Muy bueno
un abrazo

Elisa Dejistani

31 de enero de 2013, 16:18  
Blogger Marta Ortiz ha dicho...

bellísima y necesaria tu oración, Carmen, y ojalá los elementos se apacigüen y permitan que quedemos dormidos "en medio de tu canto".
Un fuerte abrazo y lo mejor para vos en 2013,
Marta Ortiz

31 de enero de 2013, 17:35  
Anonymous Anónimo ha dicho...

uno de los elementos vitaales de la naturaleza para recrear este poema rítmico y acuoso.¡muy bueno!
saludos
Anahí Duzevich Bezoz

1 de febrero de 2013, 21:19  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¡Cuánto hace que no leía un poema tan pleno de anáforas! Poema-oración que es inquietante, fuerte, casi salvaje. Ojalá se calme esta Señora. Gracias, Carmen, por esta maravilla.

Jorge Luis Estrella

2 de febrero de 2013, 13:06  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Un poema, una oración, una petición desesperada y profunda, un goce en la escritura.
Graciela Licciardi

2 de febrero de 2013, 16:49  

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