El era un bailarín
y en sus pequeños mundos
bailaba palabras.
Bailaba danzas de palabras.
Palabras que eran como danzas bailes
No significaban.
Eran eso: una nada
un
diamante
un baile.
La palabra muerte no existe.
Ni
siquiera es ruido.
Ni
siquiera es silencio.
Ni
fondo de ruido ni silencio.
Es un baile de dientes en la boca.
Es un baile de letras en la hoja.
Un gusto de diamante entre la lengua y en el ojo.
Con esquirlas de diamante en el cerebro.
© Liliana Díaz Mindurry
Me encantó y le puse destinatario propio al poema, me hizo recordar a un amigo que ya no está.
ResponderEliminarLily Chavez
Me encantó y le puse destinatario propio al poema, me hizo recordar a un amigo que ya no está.
ResponderEliminarLily Chavez
Todos tus poemas son maravillosos, como siempre es un placer leerte
ResponderEliminarAbrazo grande
Me gustó y me movió las fibras intimas. También a mí me recordó a un amigo que se fue en Abril.
ResponderEliminarMolly Bic