OBLIGADA MENTE
No se prepara un milagro
No acontecerá ninguna mutación
No se llenarán los huesos que
desplazan la figura por la casa
El gesto agrio se volverá más
agrio cuando se afilen los díasHabrá un momento delgado y negro como la boca de un embudo para tragar todos los sermones Y la sopa demasiado caliente y el hielo demasiado frío los intestinos atorados y el gato que desparrama la basura y el cielo cargado y los ruidos de la siesta y la plata que no alcanza y la herramienta que se robó un fantasma
Habrá una finitud
Un último suspiro
Ahora el árbol quedó repleto
con la lluvia
De vez en cuando
gotea
Es un tiempo
como el
tiempo de los relojes de los sueños deforme incierto blando y desmedido
Habrá un minuto
Una baba sorda en la garganta
Un aliento al revés
Un aliento al revés
Y será cuando caiga esta gota o
cuando caigan todas cuando la radio anuncie la temperatura
cuando explote una sirena cuando no pase nada cuando se frote un último fósforo
en la caja cuando las arañas miren desde el techo con una infinidad de ojos
cuando se apriete el depósito del baño cuando emerja otro ser húmedo desde cualquier
vagina cuando sea la muerte que será
sin acontecer y sin sorpresa
Esa obviedad
ese desconocimiento
© Laura Massolo
Poema en prosa muy sugestivo e intenso. Me gusta.
ResponderEliminarClaudio Simiz
Como siempre tus poemas intensos y decidores y un final que nos deja siempre reflexionando. Me encanta leerte Laura, te mando un abrazo
ResponderEliminarLily Chavez
Laura, estupendo poema en prosa, en el que las enumeraciones, la primera y la última parecen querer abarcarlo todo. No sabemos de la muerte, sin embargo conocemos de finales y de momento en el que un pequeño fósforo puede ser apocaliptico. Sin embargo, decimos no conocer la muerte. Laura, mi admiración al arte y al significar.Un beso Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarIntenso y profundo poema.
ResponderEliminarDariel.
Buen poema, me encantó el oxímoron final.
ResponderEliminarHola Laura: lo cotidiano fluye en tu poesía hasta el borde de la exasperación. Las ceremonias diarias de la vida cuando se llega a la edad madura se aúnan al símbolo del árbol cargado por la lluvia y por otra parte nos hablan también del ciclo del nacer: "cuando emerja otro húmedo ser".Rito más rito más rito nos llevan a los tejidos delicados de los que está hecha la vida y que se reduce a veces a actos repetidos hasta el cansancio que se tornan costumbre. Un gran poema y muy bien expresado Irene Marks
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