Lejos como en
la muerte
Siento arder una vida vuelta siempre hacia mí.
De
Rosario de Eros. Delmira Agustini
Hay un último libro
ese que no alcanzan las manos de la niña.
Hay murciélagos en los ojos
y un collar de cristales y cenizas.
Late el corazón en medio de la pena.
Vuelan los pájaros y el búho.
Nadie oye el rumor del verso entre las hojas
sin embargo desde el último anaquel el ojo mira.
Susurra Alfonsina [1]
entre las páginas, en otoño
Un pez de papel hunde su silueta
en un mar ilusorio.
Lee la niña y canta
Canta con Gabriela[2]
“ A la ronda / ronda
de papel / tijera
a la ronda / redonda
de la luna nueva”
y muere Delmira[3]
en un hotel de paso
mientras se enhebran
irreverentes
las cuentas del rosario.
© Leonor Mauvecin
grandes mujeres en un gran poema. susana zazzetti.
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ResponderEliminarBello poema, también el recuerdo de dos grandes poetas de América.
Interesante poema,me gustan esas primeras imágenes de la niña que no alcanza. Me encanta tu búsqueda constante en la poesía. Besos Leonor y ya sabés, yo estoy a la espera de un libro tuyo especialísimo.
ResponderEliminarLily Chavez
Excelente poema homenaje a tres grandes mujeres y luminosas poetas de américa latina, no olvidar a los grandes fortalece nuestra poesía.
ResponderEliminarGracias Leonor
Ignacio
El recuerdo
ResponderEliminarde grandes poetas
en un poema
muy bién logrado.
abrazo
Silvana Merlo