19/10/12

Prosa de Ana Guillot



 
 Casandra

Cada luna en mí es una sombra que derrama ese río que soy, o su afluente. Cada luna en mí es una sombra. Vertiente de algún mar que no ceja. Luna, como madre, como volver a mí en cada círculo zodiacal, en cada rumbo. Siempre acuática soy. Deambulo por las siestas de palacio, me hundo en mis premoniciones, me excedo. O simplemente navego mis secuencias para dejarme ir detrás de ellas.
El templo es el único lugar en donde puedo detener. Sosiegos o desmadres.
Conozco el ritual y cumplo.
Respiro con soltura, o danzo. Sin embargo, en todos estos años el recuerdo no cede.
La comadreja estuvo ahí. En esa tarde de sol, en ese magma que habría de sangrar también en cada luna.
Se pierde el jardín cuando se descubre que la fractura en el brillo es también una parte de ese brillo. Sombra, como decir falta, o finitud, o muerte.
La comadreja velaba para que su cría no se extraviara en el verde de esa tarde feroz.
Mi madre no estaba allí para sostener el rojo que estallaba en mi vientre. Como un rubí a punto de quebrarse.
 
© Ana Guillot

6 comentarios:

Anonymous MILAGROS RODRÍGUEZ ha dicho...

Extraordinario poema Ana ¡Un trabajo impecable!

20 de octubre de 2012, 14:30  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Río, luna, templo, ese rojo del vientre...todo tu poema es canto a la vida, a la poesía que nace y renace ! Tu poema, bellísimo e incesante, danza con una música maravillosa, Ana...
besos!
Montse Bertrán

23 de octubre de 2012, 23:49  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Luna, templo, ritual...en un conjuro, ensamble...de un bellisimo poema cantando lo femenino, y la vida naciendo y renaciendo con un ritmo incesante y luminoso...
Besos!
Montse Bertrán

25 de octubre de 2012, 23:37  
Blogger Ana Romano ha dicho...

Excelente poema, felicitaciones. Un cariño Ana Romano.

27 de octubre de 2012, 10:26  
Blogger Ana Romano ha dicho...

Excelente poema. Felicitaciones. Un saludo cordial Ana Romano.

27 de octubre de 2012, 10:26  
Blogger Adriana ha dicho...

Es bellísimo tu texto, Ana. Tiene imágenes exquisitas. Me gustó muchísimo. Tiene misterio y delicadeza, como el personaje que le dio origen. Un abrazo. Adriana Maggio

28 de octubre de 2012, 18:48  

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