5/9/12

Poema de Ricardo Juan Benítez


Paciencia y espera

.....................(A Yoly)

Hace ya algún tiempo
a este lugar de olvido
un muchacho que no recuerdo
—que dice ser mi hijo—
encomendó mi terco cuerpo.
No es tan mal lugar,
atado a mi silla
—para no caerme—
espero mi cena
en larga hilera.
El ventanal da
al palomar del jardín
blanco el palomo
entre palomas blancas
tembloroso el sol otoñal
se oculta tras las ramas.
Alguien dice conocerme
desde el Golfo di Napoli
—sei tu ¿è vero?—
jamás viajé a Nápoles.
Otro llama a la mamá
—mamma, mamma mia—
Recuerdo que tenía
un recuerdo
tan tibio y tan luminoso
como enjambre
de luciérnagas.
Ahora ya no está
mañana faltará otro.
Leí que a García Márquez
el hermano le lee recuerdos
para no olvidar.
Yo no tengo un hermano
que me lea memorias.
Tampoco memorias
para ser leídas.
Mientras se espera
—todo es espera—
algo agita los matorrales
algo oscuro y temido
algo invisible y deseado.
Esta vez fue el viento,
el viento, nomás…
esta vez no era ella
sólo queda esperar.

© Ricardo Juan Benítez

7 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Cuánto nos cuestionamos las cosas que nos van sucediendo sin darnos cuenta que el propósito es el final, un solo punto en el que fijamos nuestra meta

maria elena tolosa

6 de septiembre de 2012, 18:25  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Querido Richard,
has sabido crear un clima de nostalgia y abandono. Conmueven las imágenes de ciertos recuerdos, imposibles de olvidar. Aunque la voz del viento, alimenta la esperanza. Muy bueno, te felicito!
Cariños,

Elisa Dejistani

6 de septiembre de 2012, 20:32  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¡Muy bello y conmovedor tu poema, Ricardo!
Y ese final con esperanza...
Aplausos, bises y un gran abrazo
María Rosa León

7 de septiembre de 2012, 17:52  
Blogger Mónica Angelino ha dicho...

Qué gran bello y triste, nostálgico poema!

Besosssssss

8 de septiembre de 2012, 7:31  
Anonymous Anónimo ha dicho...



Qué poema tan bello, nostálgico, melancólico, real, triste. Todo eso y más.
Me encantó leerte.

Abrazo,

Alicia Márquez

8 de septiembre de 2012, 12:39  
Blogger Adriana ha dicho...

Tremendo poema, y -según percibo- tan lleno de verdad. Qué misterio se esconde en la terquedad del cuerpo que perdura más allá de su conciencia; qué dolor habita la espera. Muy doloroso y sincero. Un abrazo. Adriana Maggio

11 de septiembre de 2012, 20:03  
Blogger ALICIA CORA ha dicho...

Eduardo, un poema cargado de ternura y que nos lleva a emocionarnos al leerlo. Felicitaciones y beso de Alicora.

19 de septiembre de 2012, 9:55  

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