Poema de Lidia Vinciguerra
............a Zoraida
González Arrili
Un ojo de pez
y el ojo de una paloma, imagino
difieren la mirada.
El pez siempre lo mismo
y la paloma
siempre diferente.
Pero el hombre
–excepto el hombre
cuando llega a la vida
excepto el hombre
cuando se excluye de la vida–
por qué será que cambia la dirección
del arco por la flecha
–y de la flecha por el arco–
para verse a sí mismo.
O será que un espejo
un espejo solamente
alcanza
para reflejar la humanidad
y entre el pez
la paloma
y el hombre
asoman paradojas biseladas
del ojo que mira.
Mira
y finalmente
¿ve aguas de nacimiento
fondos de muerte
una ameba vertical
fálica
en pulsión de vida?
La ecuación le nubla la mirada
y ya no quiere ver
ni la nada
ni a Buda
tampoco a Dios.
¿Será que Jehová
ha cerrado los ojos
y el hombre nuestro
de cada instante
también?
Lucca
tantas veces habrás oído hablar
del espejo del alma.
Cómo he de decirte
que sí Lucca.
Que existe.
© Lidia
Vinciguerra
2 comentarios:
me gusta esta reflexión sobre el ser , esta mirada hacia lo insondable y sus paradojas . Un abrazo Leonor
qué tal!!
Una mirada profunda y con discernimiento.
Abrazo
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