Poema de Estela Barrenechea

La ribera

La gotera de un siglo humedece el silencio.
Y al llegar el invierno
contemplo el río sobre la balaustrada.

De todos mis recuerdos,
la imagen generosa de la mecedora persiste.
El bordado cubre el oleaje de la mente.
Mi mano impulsa el hilo.
Apetece mirar el verde del árbol sobre la tela.

Detrás del bastidor,
las hojas crecen en el lienzo.
El espacio comprendido en la trama
tiene la imprecisión del olvido.
Cada figura me viene del sueño,
adquiere forma y es real.

¿En qué se parece un dibujo
a una batalla,
una imperfección a una línea nueva de mundo?

Las preguntas, la música y la piedra.
Y después el agua. Todo es simultáneo.


© Estela Barrenechea