15/4/12

Prosa de Sonia Quevedo



ASONADA

Esa noche tras el asalto se alargaron los pasos perdiéndose la mirada hasta llegar a la nada; los pensamientos quietos, cansados, silenciosos y punzantes, desgarraron sin compasión los corazones cansados.
Amanece entre las ruinas el sentimiento agotado; los ladrillos rotos quedan, los cristales astillados y el calor del fuego se expande al explotar los cilindros, haciendo más tenso el ambiente.
Se esparce pronto la sangre sobre los cansados cuerpos de hombres, ancianos, mujeres y niños en su impotencia cargando el terror por lo vivido.
Se repiten las noches de agresiva adversidad marchando siempre marchando con inestabilidad en los pasos y la mirada perdida.
Otra noche sin piedad y terror se espera observando desgarrar como siempre lo que encuentran a su paso, sin mirar ni detenerse, para ayudar al que sangra, llora o se arrastra buscando proteger la vida.
En la noche tras la asonada van más de prisa los pasos extraviándose la mirada hasta perderse en la nada buscando un punto de fuga.
© Sonia Quevedo

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1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Muy bello tu texto, Sonia!!!
Es como una pintura detallada y precisa de ese mundo que pasa ante los ojos y "se pierde en un punto de fuga".
Aplausos, bises y besos
María Rosa León

27 de abril de 2012, 18:46  

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