30/3/12

Poema de Norma Segades



Dalila

“Y ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas; y llamado un hombre, rapóle siete guedejas de su cabeza, y comenzó á afligirlo, pues su fuerza se apartó de él.” (Jueces 16:19)


Observan con sus ojos de condena
como si nunca hubieran sospechado un sisear de traiciones satisfechas
reptando
en las tinieblas de la noche
hacia el precio final de la codicia.
Observan con sus ojos de reproche
los meandros impetuosos de las sábanas
las trenzas de cabellos retorcidos
cercenados
al borde de la luna
por determinación de mis caricias.
Podría declarar
en mi defensa
que el gran juez de Israel es un fantoche,
un autómata inútil,
un pelele subordinado al dios de sus ancestros
y al cumplimiento fiel de su doctrina.
Pero no diré nada.
Está en mi esencia no apreciar los amores reverentes
no valorar la entrega ilimitada con que los hombres pierden
en el lecho
el patrimonio breve de su dicha.
Es que a mí no me inquietan las sentencias brotadas de sus miedos primitivos.
No creo en la falacia de esos dioses que reivindican guerras,
sufrimientos,
hambre dura,
muñones de injusticia
y a cambio de algún cielo prodigioso reglamentan penurias en eclipse,
remolinos de fiebre,
ceremonias donde solemnizar,
sobre las piedras,
estertores de sangre redimida.
Porque yo soy Dalila,
filistea del Valle de Sorec,
en Palestina;
infiel al corazón y a la liturgia,
infiel hasta la médula del pulso que corre por mis venas atrevidas.
Porque yo soy Dalila,
soy atea,
y desconozco el arrepentimiento.
No me inclino,
jamás,
en los altares.
No admito sus leyendas.
No permito ni un vestigio de culpa en mis pupilas.

© Norma Segades

8 comentarios:

Anonymous cecilia cavadini ha dicho...

ME HE QUEDADO CASI SIN PALABRAS LUEGO DE LEER SU POESIA,ADMIRABLE,BELLISIMA,ESTETICA,SUBLIME.MI PROFUNDA ADMIRACION HACIA UD.CECILIA CAVADINI

30 de marzo de 2012, 12:32  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Querida Norma: un maravilloso poema, escrito en la tradición de la poesía maldita, un canto altísimo, un lirismo total, rematado con ese "porque yo soy Dalila" que canta su hazaña y "ni un vestigio de culpa". Maravillosa tu poesía que siempre leo con admiración. Irene Marks

30 de marzo de 2012, 12:58  
Blogger ALICIA CORA ha dicho...

Norma, un poema que se las trae. <un poema donde Dalila pasa de ser la protagonista de la historia que conocemos a ser la destinataria de esta maravillosa historia recreada por vos. Me encantó,besos de Alicia Cora.

30 de marzo de 2012, 18:15  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¡que bella y profunda poesía! la he re-leído,una otra vez.
saludos Norma
Anahí Duzevich Bezoz

30 de marzo de 2012, 22:15  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Nada para decir, todo para admirar.
Patricia Corrales

31 de marzo de 2012, 23:53  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Una maravillosa recreación de esa historia bíblica, Norma.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León

2 de abril de 2012, 1:31  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Poetaza total que nos maravilla con esta inesperada y admirable Dalila. Gracias por tu don que compartís con tanto amor.

Jorge Luis Estrella

2 de abril de 2012, 21:45  
Anonymous eduardo chaves ha dicho...

Norma
una voz de mujer que atraviesa el tiempo, genial discurso poético que suma a la belleza de la palabra la profundidad de un pensamiento. Felicitaciones. Eduardo Chaves

5 de abril de 2012, 10:13  

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