17/1/12

Poema de Sonia Quevedo


SILENCIOSAMENTE

Se detuvo el silencio al verlos pasar por puertas sucias y zaguanes oscuros
Se aquietó el aire para olvidar a la lluvia y,
giró sin prisa su desgonzado cuello para ocultar la tristeza.
En secreto oró al tropezar y esquivar cada cuerpo destrozado.
Lloró por los blanquecinos rostros yertos… fríos e inexpresivos al sentir,
El detenerse del silencio ante la esquiva clemencia.
Vio luego el lerdo marcharse de la amargura por entre peñascos y ríos
Con su carga atiborrada, de fuerte púrpura.


© Sonia Quevedo
Foto: Gustavo Tisocco

4 comentarios:

Blogger Ricardo Juan Benítez ha dicho...

Querida Sonia, tu poesía (fuerte, certera), nos trae a la memoria más de una masacre silenciosa, de abusos, limpiezas étnicas, guerras de carteles, y tráfico de vidas, donde señorea la muerte... tal vez nuestra única esperanza está puesta en la poesía que denuncia.

27 de enero de 2012, 10:02  
Anonymous Sonia Quevedo ha dicho...

Gracias querido Ricardo por tus palabras certeras.

29 de enero de 2012, 1:59  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Fuerte denuncia en un poema que se las trae

desde graciela abrazo

30 de enero de 2012, 16:16  
Anonymous Anónimo ha dicho...

No me queda màs que unirme al comentario de Ricardo. Quizás sea ella, la poesía, la ùnica sobreviviente de estos designios.

Gracias Sonia. Un fuerte abrazo.

Andrea

31 de enero de 2012, 0:03  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio