Poema de Norma Segades
Débora
"Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído, hasta que yo Débora me levanté, me levanté como madre en Israel." (Jueces 5:7)
Entre Rama y Betel
bajo una palma
administro la voz de la justicia
y nadie se aventura a censurarme
a pesar del gravamen de mi sexo cercado por costumbres y prejuicios.
A mi lado
los hombres de Israel que fundaron los días de la sangre,
del escudo
y la lanza
y el coraje expuestos a la furia
en los combates ofrendados al dios del exterminio;
a mi lado
las tropas israelitas
que vencieron las sombras de los miedos,
que enfrentaron la heroica rebeldía de las resueltas tribus cananeas
resistiendo despojos
y designios
intentan desterrar
de sus atuendos
los desvelados rastros de la angustia donde acontece la supervivencia,
intentan desterrar
de sus miradas
la austera dignidad del enemigo.
Mientras lloran las madres de los hijos
que sembraron el campo de batalla con sus valientes corazones rotos
por causa de una tierra conquistada a golpes de traición y latrocinio.
Mientras lloran las madres su agonía
sobre las orfandades
y las ruinas
y el horror de la tierra mutilada
y los sueños,
los pactos,
las promesas yaciendo a los costados del martirio.
Soy Débora.
Yo juzgo y profetizo.
Llevo sobre mi espalda el privilegio de haber guiado a Barak a la victoria.
Por mí el pueblo celebra
y agradece
cantando la impiedad del regocijo.
Bendito será el nombre que me dieron hasta el final de todos los oráculos.
Pero hoy no puedo alzar mis alabanzas.
Hay muñones de muertes absolutas corrompiendo el altar del sacrificio.
© Norma Segades
Foto: Gustavo Tisocco
14 comentarios:
Toqués el tema que toqués, querida Norma, es admirable el ritmo y la belleza con que se desenvuelve el texto. Los tuyos, en general, son poemas largos y eso está bien porque uno goza con el desarrollo, no solamente con el resultado.
Jorge Luis Estrella
Los dos últimos versos lo dicen todo. Hubo un dios, un pueblo de profetas una épica, un enorme legado espritual y cultural. Pero
hoy el santuario está manchado de sacrilegio. Menos mal que yo no soy el dios que creó a ese pueblo porque me moriría de horror y verguenza, más que de ira. Rub´n
Vaya poema. Quiero que sepas que pase a leerte, es un escrito que atrapa, tiene fuerza y levanta una imagen, lo lei varias veces. Un abrazo
Patricia Corrales
Muy significativo, profundo y poéticamente logrado, es este poema tyo, Norma. E impactante tambien , como lo es la foto de Gustavo.
Dobles abrazos
Marta
¡Muy bueno tu trabajo Norma !
Enorme poema, muy duro, pero excelente en toda su dimensión. Felicitaciones amiga mía y un beso de Alicia Cora.
Bueno es recrear las voces que siempre retornarán. Bello texto.
Claudio Simiz
¿Qué puedo decirte que sea original y novedoso? Nada,pero me reitero: estupendo, con una fuerza avasalladora, un vocabulario riquísimo. ME ENCANTA.
Norma
un poema épico que toca la fibra más profunda del corazón humano, la realidad expuesta en toda su dimensión. Eso y mucho más es tu poema. Excelente. Eduardo Chaves
Fuerte, profundo, muy bueno Norma
tu poema-
Un abrazo
Alicia Borgogno
Norma:
¿Qué decir ante la magnitud de este poema? Ha manejado impecablemente lo tocante a la mujer desde tiempos remotos.
La felicito.
Gus, excelente fotografía.
Adjunto nota tomada de:
Mujeres de la biblia.
“En el canto de triunfo de Débora vemos una vívida descripción de la vida del pueblo de Israel bajo la opresión de Jabín”.
“Nadie menosprecie el papel asignado a la mujer; aunque primera en la transgresión, ella ha sido redimida”
Con sabiduría, Normita, ningún tema te es esquivo. Enorme poema.
nORMA
TU POEMA LLEGA Y PIDE LEERLO VARIAS VECES
QUE FUERZA !!!
DESDE GRACIELA ABRAZO
Tu poema posee buen desarrollo y te lleva de la mano hacia el final...me gustó..
Rosa Lía
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio