Poema de Isabel Llorca Bosco

PIGMALIÓN Y GALATEA

“… y busqué la manzana en lo profundo
con un dedo de rosa levantado”.
Ramón María del Valle Inclán


Este amor será causa de deshielo,
escándalo de las estaciones.
Tu ruego ha llegado hasta los dioses.
No todo es arte y contemplación,
también hay calor, fragancia y movimiento,
Y aunque sea rey, hasta debe saberlo el solitario artista,
el que únicamente fue creado para crear.
El escultor que descubre las formas
con la carencia de sus manos.
“No es bueno que estés solo” con la estatua
que tan a tu gusto has esculpido,
de la que has empezado a enamorarte a golpes
y a caricias crecientes.
Pigmalión, cálida sangre que la ha formado y que la adora,
derrite el mármol para que sus miembros fluyan como leche
acordes con su nombre: Galatea.
Brazos y piernas que van hacia el abrazo.
Miembro que se levanta y que procura
llegar a la extraña raíz de la belleza
no separada de la existencia cotidiana
de compartir el lecho, los hijos y los víveres,
y tratar de ganarlos cada dia.
Tu sol derrite el mármol
y el calor lo convierte en compañía amorosa.
El lugar de la estatua quedará desnudo
como sosteniendo un arquetipo .
Por esa puerta ya sale Galatea, roja y blanca,
igual que la manzana,
con un perturbador olor a vida.


© Isabel Llorca Bosco
Pintura: Alicia Brizzio