23/10/11

Poema de Andrea Álvarez


De púrpura los ojos.

Prendida en las sombras de la aurora
agitan las tinieblas.
La ira ondula sobre un pergamino de llanto
y desde el ínfimo albor de sus candiles
la golpea.
Fuego iracundo de alma
contra la integridad de su esencia .
Enclaustrada en sus propios escollos
la cólera invidente
remonta la expectación de su mundo
desde un ojo purpúreo en la tiniebla
que suele ser un grito de la noche
a expensas de un puño
que deja caer su sombra
sobre la luz del sosiego.
Esparce en dobleces desgracias e injusticias
mientras ella oculta
su contusión de ojos y purpúreo silencio.

© Andrea Álvarez

4 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

¡Qué hermosas imágenes sensoriales, Andrea!
Leerte siempre es una fiesta.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León

23 de octubre de 2011, 16:41  
Blogger galáctica ha dicho...

¡Andrea!Qué alegato contra la violencia de género, qué bien escrito, y también qué doloroso ese "puño cuyo movimiento reflejan tus palabras. Logradísimo Irene Marks

24 de octubre de 2011, 12:21  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Querida Andre,
desgarradoras las imágenes y el entramado de este grito sordo, que emerge desde las sombras de cada mujer violentada. Un poema que denuncia y advierte. Te felicito.
un abrazote

Elisa Dejistani

26 de octubre de 2011, 18:05  
Blogger Ricardo Juan Benítez ha dicho...

Hace algún tiempo tuve el impulso de comentar esta poesía. Lo hice. Lo hago y, posiblemente, lo volveré a hacer. En tanto sigan habiendo seres abyectos que abusan "a expensas de un puño/que deja caer su sombra/sobre la luz del sosiego", o de otras maneras más sútiles y perversas.

28 de octubre de 2011, 11:38  

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