15/8/25

Poema de Daniel Arias

 


Del otro lado del mar

uno puede deslizarse en un glaciar,

extraviarse en una biblioteca,

aferrarse al exacto reloj y viajar

por sueños antiguos y cenar pan,

en un refugio de montaña

sacar dolores de la conversación

o entrar al atrio de las trincheras

y jurar con una mano alzada,

recoger fragmentos de campanas

en silenciosas alamedas,

abrir el sextante al campo del cielo

y entrar al sueño de los decapitados.

 

En algún lugar al norte

la tierra es arada con lluvias de acero,

las piernas y las alas se aturden bendecidas

por esqueletos de arco iris, los perros

mecánicos ladran en nuevas lenguas

y la charla nocturna asoma en umbrales

y nadie sabrá pronunciar tu nombre.

 

En ese lugar las manos se acuestan

entre la vida y el sueño, el deseo y las ideas,

como una piedra musical que canta

en un río de lágrimas

una canción de polvo y herrumbre

que nadie quiere escuchar.

 

© Daniel Arias

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