Poema de Nicolás Aused
a mi
viejo
se recuesta ya
sin la ropa ni
la suciedad cotidiana y
pone los ojos en
el techo en
una mancha de humedad que
se parece a sí mismo y
recuerda:
una
mujer en blanco y negro
repasando Beethoven
sobre
un piano que huele a cedro
y
sus manos son tan suaves
y
fuertes y mariposas
los
agujeros que quedan
aureolados
y marrones
contra
las sábanas
del
cigarrillo mal apagado
de
un hombre que se duerme
el
campo luminoso y verde
de
eucaliptus naranjos girasoles
entrecortado
por callecitas
polvorientas
en los veranos
tórridos de música de ranas
sonríe nostálgico al
Tiempo que pasó a
lo que no volverá a
esa mancha de humedad que
lo mira recostado y
a la idea de escribir
un poema
luego se duerme y
sueña con sus padres
la infancia
sueña que
escribe y
que el Tiempo se
rompe.
© Nicolás Aused
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