15/7/25

Poema de Nancy Montemurro

               


LECHE DE YEGUA 

 

A poco de nacer la tos convulsa

casi me mata.

Era la primera hija

y mis padres desesperados

no sabían qué hacer.

Otra vez el destino

acercaba la muerte a los pequeños

como una desgracia de familia.

El Dr. Gutiérrez no dio

mucha esperanza,

pero un paisano de cerca de las vías

viendo a mi padre triste y preocupado

le dijo que debía darme

leche de yegua,

de esa yegua que había parido hacía poco

en los corrales cercanos,

que podía ir cuando quisiera

que le daría un poco cada vez.

Y ahí fue mi madre día tras día

con su jarro enlozado.

Una mujer criada en el campo

frente a una yegua

que podía salvarle a su hija,

un giro del tiempo

en la sincronía de la vida

para romper hechizos y destinos.            

Lo cierto es que me salvaron

mi madre y esa yegua

y aquí, agradecida

lo estoy contando.

 

© Nancy Montemurro

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