Poema de Nancy Montemurro
LECHE DE YEGUA
A poco de nacer la tos convulsa
casi me mata.
Era la primera hija
y mis padres desesperados
no sabían qué hacer.
Otra vez el destino
acercaba la muerte a los pequeños
como una desgracia de familia.
El Dr. Gutiérrez no dio
mucha esperanza,
pero un paisano de cerca de las vías
viendo a mi padre triste y preocupado
le dijo que debía darme
leche de yegua,
de esa yegua que había parido hacía poco
en los corrales cercanos,
que podía ir cuando quisiera
que le daría un poco cada vez.
Y ahí fue mi madre día tras día
con su jarro enlozado.
Una mujer criada en el campo
frente a una yegua
que podía salvarle a su hija,
un giro del tiempo
en la sincronía de la vida
para romper hechizos y destinos.
Lo cierto es que me salvaron
mi madre y esa yegua
y aquí, agradecida
lo estoy contando.
© Nancy Montemurro
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