26/7/25

Poema de Eugenia Straccali

 

Revelaciones

 

Dicen que vivo despreocupada

no quiero mi salvación

es verdad

abandonada a los demonios, íncubos y súcubos, a los encantamientos, hechizos, conjuros

 

a otros execrables embrujos y artificios, he sufrido horrendas ofensas

 

escribir

alquimizar el dolor

 

en esta procesión sólo llorar es posible ellos están enterrándome

asidos a sus coronas se apresuran

se aferran a las ramas

 

la letra queda al descubierto

llevo un manojo de lilas a los altares.

 

Dicen que he matado niños dentro de los vientres de sus madres dicen pero no

 

ellas no querían tenerlos no deseaban nada no madres-niñas-madre-niña-no.

 

Dicen que soy el hambre del dragón difícil de saciar dicen también que desangré a las crías de los ganados dicen dicen que arruiné los productos de la tierra, enfermé a hombres, mujeres, animales de carga y de otras clases dicen me dicen que apesté rebaños, viñedos, huertos, praderas, campos de pastoreo, trigo, cebada y otros cereales.

 

Dicen

que contaminé a los muchachos buenos

a tiernas adolescentes

con terribles dolores y penosas dolencias, que impido a los machos coger

a las hembras concebir

los esposos no pueden preñar a sus mujeres ni éstas recibir a aquéllos

con sus vulvas sanas.

 

Dicen

que en forma blasfema

por mi culpa

los matrimonios renuncian a la fe del sacramento no hay bautismo.

 

Dicen dijeron dirán hubieran dicho decían que soy bruja

rompo familias

instigo al crimen

por mi gran culpa

las mujeres cometen espantosas abominaciones asquerosos excesos

 

con peligro moral para su alma por mi grandísima culpa.

 

Dicen

que aparezco cuando el bosque congela su floresta tormenta de nieve que acosa

huele a jazmín el aire en las habitaciones

perfume virginal que inunda los establos

 

los hombres viciosos

se arrastran en sus bajos instintos

y acaban

pierden su naturaleza humana. Semen up

 

¿La única salvación es volver a la madre, que redime los pecados con pureza?

 

Cuidado con mi lengua y sus venenos

 

sólo en la muerte abro los ojos,

el vuelo del halcón brilla en este precipicio.

 

¿Te dijeron que la belleza de la bruja atraviesa los cristales

y te desespera?

 

© Eugenia Straccali

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