Karina Lerman comparte a Rajkay Babó
EL MONÓLOGO DE LA SILLA SOLA
El niño entra al cuarto
Y ve una silla sola,
Triste, en la oscura sombra.
El niño sale y la soledad retorna.
Y la silla piensa..
Mi soledad es muchedumbre,
mi solidez incertidumbre.
La pared, que me rodea infinito,
es silencio que retumba, relato suspendido...
Estoy al alcance de cualquiera.
Con sentarse en mi, cambia mi historia.
El niño vuelve con guitarra en mano,
Alza la silla y la lleva al patio,
Planta sus patas en la tierra entre flores,
Y rasga las cuerdas para regar canciones.
Y sigue pensando la silla…
Ahora, paso al calor del sol los días,
Y a la luz oscura de la luna noches frias,
La lluvia me moja y me baña,
El viento me seca cada mañana.
El hombre que era niño se acerca a la silla,
y enamorado, corta unas flores para la niña,
de las ramas nacidas de las patas rotas,
de la silla que pensaba en rosas....
(Inspirado por la foto de una silla sola en la coquina de un cuarto, hecha por el fotógrafo húngiro-vencaolaso Berci Konyi, en Maracaibo, Venezucia.
© Ana María Rajkay Babó
Etiquetas: Karina Lerman
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