6/8/25

Poema de María Marta Donnet

 

 

Por qué te lastimaste la mejilla     el día del viaje

era temprano para alcanzar el tren    había tiempo

nos esperaba      el tiempo siempre espera.    Siempre.

Acostada sobre las vías      no pude verte sangrar

en el espejo no había imagen alguna         y la pena

recorría tu cara        y mi karma.

Por qué no te lastimaste la incoherencia      por ejemplo

o el desamor        por ejemplo

o la cicatriz que desvió     en tu ombligo     en tu pecho

las ganas de vivir        por ejemplo.

Por qué te lastimaste      la palabra     esa palabra

que no recuerdo      porque no pudiste  decirla

esa palabra que propició mi ausencia tuya      y alargó

ese dolor mío.

Por qué no te lastimaste       el delirio        por ejemplo

o la humillación         por ejemplo

o la historia que te sepultó      en la nada   

en la  i n e s c r u p u l o s a  nada.         Por ejemplo.

Por qué te lastimaste.       Si yo siempre te esperé

recostada sobre las vías.     Asida a ellas

expuesta       tirada      entre los rieles

te di tiempo. El tiempo siempre espera.     Siempre.    

Yo no lo supe hasta que el tren    

inauguró mi audacia.

Los rieles enredados en la carne siempre te esperan.

Siempre.

Ya no te lastimes.    No hace falta.

 

© María Marta Donnet

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