Punta encendida
La madre lame una manchita de queso crema
que el hijo tiene en la comisura del labio,
duerme desnuda y transpirada
como la dama de Goya,
la madre dice: nadie se ocupa de mí,
y él niño repite: nadie se ocupa de mí.
Ella exhala abierta ante él:
el tabaco rebota en sus caras: en la cara de él,
en la cara de ella rebota
(ambos entrecierran los ojos).
Es una repetición
que va de interior a interior.
© Sergio Guerrieri
Muy bueno!!! Patricia Graziadei
ResponderEliminarMuchas graciaaaaas!
EliminarMe encantó tu poema. Felicitaciones!
ResponderEliminarGracias, Silvio. Un gran abrazo.
Eliminarhermoso poema
ResponderEliminarGracias, Susana. Qué honor.
EliminarTierno👍👍
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