2/7/25

Poema de Samuel Amaya

 


A los nueve

me llenaron de luz y versículos

creando en mi memoria un chip dorado

de mujer, hijos y matrimonio de azúcar.

Mami decía que yo era la esperanza de ellos

chango voltiamujeres, pechito de quetupí

para llevar lo único valioso que teníamos

la sangre apellido de una generación perfecta

y hombres machos de cristal.

 

© Samuel Amaya

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