Poema de Marcos David Porrini

 

 

Borges y Alejandra

 

Y yo Alejandra

estoy para lo más hondo de la tarde.

En los poemas y en el olvido,

la tarde brama moribunda

abriendo caminos a mi intimidad.

Borges, te sumerjo en un lago dorado,

en su marea violenta que se eleva

hasta el estremecimiento de los bordes.

Instantes de velación conmigo.

 

Alejandra, entre suaves grillos te oigo

como una fiera meciendo mis pasos.

Los destinos y las hazañas se mezclan

por la armonía de nuestra orfandad.

Mi brazo envuelve tu talle

y la pasión se describe a dos bocas

 

(como si fueran hebras de una trama sutil

tejiendo una red de futuros oráculos).

Borges, te miro en la virilidad que se expande

arañando la noche, y quiero volverte a mirar.

Aúllo llena de tu mente pagana

bajo el vuelo infinito de los santos.

 

© Marcos David Porrini