20/5/25

Poema de Blanca Lema

 


Me llamó y volví a verlo.

Habían pasado demasiados años. 

 

Vejez 

 

Escucho a ese que está detrás

del vidrio esmerilado.

 

Es una adicción a él debida.

 

Recorro mi cuerpo con sus nuevas palabras

y me siento linda.

 

Es el milagro de una escucha

todavía ingenua.

 

Con ella me sujeto y con ella me derrumbo.

 

Me dejo caer de sus besos

y de su cerebro lleno de sal.

 

Resbalo de su vejez

que pronto será también mía.

 

Le diré que es un gran amante

y un mal prófugo del tiempo.

 

Lo lastimaré con la dinamita impura

de mi conciencia.

 

Y escucharé, escucharé, escucharé…

a una miríada de dromedarios atribulados *

gritar bajo su ventana.

 

                              * Augusto Escribens

 

© Blanca Lema

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