Poema de Pablo Duca
Desde el brazo mecánico de la máquina agarra peluches se
puede ver
todo el territorio del poema las palabras las letras
derretidas
fundidas unas con otras por el sol y el agobio de la espera
al poeta que busca en su idioma materno
cómo traducir al papel su propio miedo a la muerte
el brazo mecánico se detiene brusco tenso paralítico con la
mano
en garra con ofuscación ansiosa descreído con una palabra a
medio soltar
nadie confía en que la pereza del escriba revolucione a este
poema
el poeta está congelado recién salido de la heladera humana
(todo ser humano está recién salido de una heladera a las 5
de la tarde)
se pregunta si en vez de una máquina agarra peluches Dios
le hubiera dado una pistola o un Joy stick para disparar
palabras
y no hay razón para pensar que esas letras derretidas
por la pesadumbre de la tarde se vuelvan rígidas de hierro
vayan a conformar un verso con ritmo o sentido
y le dé movimiento a esta letanía de noviembre
a este pegajoso mundo plástico que se derrumba
y el brazo suelta una palabra como siempre para que el niño
llore
(toda máquina fue creada para que un niño llore
sea la hora que sea)
a este Joy stick en el que se ha transformado la garra del
brazo
a este atónito poeta que no deja de leer el diario y piensa
una y otra vez
en el cráneo en la palabra que lo perfora
y en cómo se llama la muerte.
© Pablo Duca
Etiquetas: Pablo Duca
7 comentarios:
Potente e ingenioso poema Pablo. ¿Habrá un dios detrás de Dios jugándonos? / ¿Cómo se llamará la muerte?
Saludo desde Córdoba
Me encantó! Qué maravilla!
Muy bueno. Admiro cuando en un poema se usan tan acertadamente los paréntesis. Bravo
Saludos y gracias Alfredo! Pablo
Gracias! Pablo
Gracias Andrea! Pablo
Lo poético en cada lugar, en todo momento! Muy lindo
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