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3/2/25

Poema de Antonio Tello

 


Detrás de las olas se alzan las ciudades. Torres de

tiempo y cristal.  Sus habitantes reclaman favores.

Cobran vidas. Calculan el grito. Cotizan el dolor. 

 

Los patricios de la lonja pujan en la subasta de frutos

sin hueso y en los restaurantes comen brazos de nadador

al vino. En la playa, lecturas sin valor alzan el vuelo.

 

 

Ése que miro desde el espejo me mira.

Lo reconozco. Cree reconocerme. Dudo.

Duda de que su nombre sea el mío;

de que mi oscuridad sea su noche. 

Lo miro. Bracea hacia mí. Sigue mirándome.

Teme desaparecer si deja de mirar. 

Nada. Aire. Ya no importa. Nada.

 

© Antonio Tello

7 comentarios:

  1. Para releer. Qué bien hilados los versos, y cada palabra es atizar sensaciones. Muy bueno.
    Saludos
    Cristian Jesús Gentile

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  2. Profundo y conmovedor tu hermoso poema querido amigo
    Leonor Mauvecin

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  3. Desolador...lo leí dos veces. Me encanta.

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  4. La última estrofa es un cierre poético estremecedor. Sin alardes de adjetivación alguna, completa la idea de lo desolados que los seremos humanos podemos hallarnos. Te abrazo, estimado Antonio. Por un próximo encuentro.

    Darío Oliva

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  5. Gracias a todos, queridos poetas, por sus comentarios. Los abrazo.

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  6. Para leer varias veces.Me gustó. Cristina Noguera

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