Poema de Edda Sartori

 

La Intrusa

  Ah dragona, todo es saber consagrar lo que se toca,

 lo que se ama, lo que se sueña

 y hasta lo que se teme y rechaza.

Carlos Fuentes, Cambio de piel

 

en el pasillo se mete la corva la intrusa mendiga

se me viene encima con su rudeza blancuzca

con su repliegue con su gesto de estatua

con su calzón callejero

se desplaza me anuda en sus muslos secretos

se extiende se dobla se clona

dentro de esa arena líquida rosada lustrosa

entre el gentío que despedaza el aire

me pone aquí su muñón soleado

lo deja en escena   en primera fila

me dibuja mano alzada

me muestra su cuenco

me da de tomar       abre así su garra

llena de mocos de azabache

la charlatana

se descasta la piel

                            la luz

                            la deshuesa

 

© Edda Sartori