La fragilidad no es una cueva,
un desborde,
la piedra que sabe hacer sapito en pleno salto.
No comemos
de ella.
No la deseamos.
Probamos su sostén
a la vuelta de la esquina,
mientras improvisamos las formas
de creernos casa.
Los restos de una rama nos marcan
la transición
y el verano
casi siempre llega
el día que no es.
© Valeria Cervero
belleza en todo su poema
ResponderEliminarqué belleza
ResponderEliminarGran poeta. Inmenso poema. Gracias ♥️🦋
ResponderEliminarCon delicadeza, las palabras hablan de la fragilidad. Bello poema! Liliana Corredera
ResponderEliminarMuy bueno!!
ResponderEliminarLaura Moreno
Bellísimo, muchas gracias. Irene.
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