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Poema de Juliana Chacón

  


LA CASA


Busco una vez más el refugio de tu casa

que ahora es un barco hundido.

Lo sobrevuelo como un ave migratoria

y veo crecer el musgo en su proa

El aroma de la cocina, el mate dispuesto,

los juegos de cartas, nuestras pieles al sol

cuarteando las figuras difusas del agua

y también

el olvido de tu padre, sus palabras

punzándole el cerebro,

el balbuceo final con el que supe me reconocía

reptan desde el pasado lejano hasta mis oídos. 

Rastreo el eco de su voz, la tuya, la de todos,                      

el modo de decir este abandono.

Vi las nubes de humedad en las paredes del living

dibujando el mapa del éxodo,

las partículas del revoque que cayeron,

enfermándolo todo, hasta las células de tu madre.

Para que ahumara al borde de su muerte

le regalé resina de copal.

Madre un poco la de todos

de los que ascendíamos a su mesa

como quien trepa a cubierta

para atravesar paisajes que no conoce

y sabe le arderán después en las pupilas.

Queríamos que se salvara,

pero el derrotero fue otro.

Tu hermana, acaso la mía,

recibió el zarpazo de la tormenta,

el arrebato del viento,

el rayo tendiéndose sobre la vida débil,

una confabulación del equilibrio universal de la materia

que arrebata y traga y transmuta

cualquier cosa amada.

Solo sobreviviste vos, amiga mía,

para aullar el dolor de lo que queda,

guardar los platos inútiles,

tender las camas, regalar la ropa de los muertos,

cerrar las ventanas y las puertas.

Flotan las tablas tras el naufragio

y por la rendija de luz asoman las gaviotas

devorando todo lo que cabe en el recuerdo.

La marea baja y golpea los flancos como si,

desde las fronteras de la memoria,

una casa cantara

 

© Juliana Chacón

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2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Poemazo Juli.

1 de enero de 2025, 20:37  
Blogger Alfredo Lemon ha dicho...

Muy bueno, muy logrado

4 de enero de 2025, 8:23  

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