Era abril
y pensaba
que el otoño no regresaría
que el calor me iba a desaparecer
hacerme agua
que la tibieza del fuego
la bata afelpada
la taza de té
el trozo de chocolate
textura amable
de la noche y su oscuridad
me habían olvidado.
Huyo del calor
de la arena
de los cuerpos
quemándose al sol.
El verano
bajo su rostro amable
carga la malicia
promete y no cumple
mis padres
murieron en verano
también otros amores
y yo
no se lo perdono.
© Graciela Mitre
duro poema, con muy sentidas y elocuentes imágenes. Gracias!
ResponderEliminarTremendo poema, Graciela.
ResponderEliminarUn abrazo.
Alicia Márquez
Excelente poema
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