Relecturas
la nube da forma al movimiento del ojo,
y llueven pacientes rasguños
del viento sobre el césped
maúlla la mosca su letargo de siesta
la voz del Cigala adormece
el ronco ronronear de la tormenta
releo a Giannuzzi, y la gata no entiende
cómo le crecen uñas
cuál es el fin de esta rutina
de bosquejar un poco de mundo
en líneas confrontadas
con el desánimo,
y desordenar la sordera de palabras viejas,
gesticular sin ira, pensativo,
y apagar voces agrias,
y cerrar cortinas entre sorbos de
mate
y derrames programados de nicotina
en los márgenes,
en la niebla,
donde la vida vuelve al recuerdo de otro sueño
en el que gravita el vértigo
de un último poema escrito a oscuras.
© Darío Oliva
Darío, como siempre, tus versos me emocionan. Cristina Noguera
ResponderEliminarLos conceptos y los sentires se conjugan siempre precisos en tu escritura Darío. Saludos, Alfredo Lemon
ResponderEliminarMaravilla
ResponderEliminarGloria Calvo
La vida en el poema, el poema en la vida. ¡ Muy bueno¡
ResponderEliminar