6/11/24

Texto de Gabriel Francini

 


    Ella cantaba y subían hipérboles hacia la quieta estación imaginada: un sueño se grabó más allá de los tambores de mi sangre vinosa. Me fui de mí, bajé al centro y conocí la otra luz de un tiempo erróneo. Ya no hay ni sombra. Sol de estar debajo de la gota que tiene el océano. ¿Se abre el horizonte sorprendido de mañanas?

 

© Gabriel Francini

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