4/11/24

Poema de Daniel Arias

 


Echo a la tristeza por sus máscaras

y su sorda ansiedad de poder, aquí la vida

gira en la cadencia de un nuevo mandamiento

el tiempo sube como un vaho de todos los mundos

y en los interiores la tristeza ocupa los cuerpos,

la música del amor, el color de los ojos

y la libertad de nuestras manos.

 

La tristeza va delante y enseña un camino,

toca parpados, músculos y tendones,

a desesperados hombres y mujeres solos,

al silencio en los escombros del día.

 

La tristeza sube a las oraciones

a los niños apagados, a los patios vacíos,

al abrazo y a las despedidas,

a la juventud que brilla y alumbra todavía.

 

Todo se lleva, menos la memoria y el amor.

 

© Daniel Arias

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