TENEDOR LIBRE
Tal vez este hombre hoy se muere:
almuerza como si fuera el último de sus días.
Recita versículos con sus mandíbulas,
el decálogo de los hambrientos del mundo:
¾ de vino, una soda y 128 platos
que no dejará de probar. Come por todos,
se desquita, se sacrifica. Es un héroe
sentado a la mesa de los mediodías. Alimenta
el espíritu de los desposeídos. Reza
con cada diente. Muerde
con el odio de los que nada tienen.
Hace justicia a su manera, es para aplaudirlo:
su estómago es la memoria de la humanidad.
© Marcelo Fagiano
Excelente Marce!
ResponderEliminarTu mirada enfocada en lo que importa me estremece siempre que te leo querido poeta. ♥️🦋
ResponderEliminarUn poema intenso sobre la vida orgánica y el deseo vital de los desposeídos. La angurria de los condenados al hambre, a la muerte, como oposición metafórica a la gula de los poderosos.
ResponderEliminarGran poema, Marcelo Fagiano.