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9/9/24

Poema de Aníbal Costilla

 


CUANDO TE LLAME

 

Oh Señor, apaga de mi corazón

esta quemadura.

Que la fuerza de mi espíritu

tuerza el cuello del toro

hasta que su boca gotee a la sombra

el abismo de la sangre.

 

Ah Silencioso, avanza con tu ejército,

rodea las murallas,

rompe las piedras en las manos del enemigo.

 

Cuando yo te llame, háblame,

dedícame tus palabras,

olvida todos mis pecados,

haber estado solo

y esperar ver en los otros los caminos

que me llevan hasta mí.

 

Oh Señor, no maldigas mi raza

si averiguo demasiado,

sólo sé estar en tu silencio,

hundido en preguntas,

amansado por el freno ardiente,

rota mi boca, rota mi lengua,

ampollada de tanto tironear lo impuro.

 

Oh Silencioso, ya no preguntaré,

rodearé de miradas la espesura de la sombra,

abriré un camino,

iré esparciendo mis pedazos,

las escamas de la luna

volarán en las crecientes del río,

abriré un camino

hasta el niño que me espera.

 

Oh Señor, este que ves aquí, arrodillado,

este soy:

golpeo las manos

sobre la corteza del alma.

 

© Aníbal Costilla

6 comentarios:

  1. La fuerza de tu poema, una plegaria eleva... Alfredo Lemon

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  2. Buen poema, excelente final.
    Pauli

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  3. Muy bella y profunda tu poesía, querido y admirado Aníbal Costilla. Un abrazo. Otro para Gus. Y felicitaciones. Elena S. Eyheremendy

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  4. Profundo poema.Felicitaciones.Patricia Graziadei

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  5. Muchas gracias, queridos amigos. Un abrazo grande.
    Aníbal Costilla

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