¡Qué frío de otoño se estampa sobre mi ventana!
Tiene forma de cosas arrugadas y traslada un gélido
aliento que hace vapor sobre los vidrios y los empaña
volviéndolos espejos de mi alma nublada.
Ahí mi frío. Soledad Bravo canta
en mi memoria sus Tonadas de Ordeño, “noche oscura
y tenebrosa préstame tu claridad”. Soledad Frío.
Bravo Otoño es el mío.
Sobre
el vidrio empañado escribo
“¿cuántos otoños más harán falta para el olvido?”
Mientras mi dedo repasa sobre la forma de la nube
que despacito, muy lentamente, comienza a borrarse
sobre
la ventana, por encima de mi frío.
© Marcelo González Del Río
Buenas imagenes, un gusto leerte.
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