Quemadura
Me ahuequé (de
golpe),
de golpe tapé la cara
con solución fisiológica.
¿Me volvería pirómana
y el vestido de la tradición
incendiado?
¿Te acordás cuando las tijeras
se hicieron escuchar
en el camposanto?
Desde ahí no pararon:
a cada rato un
cizallamiento.
Sh, queríamos silenciarlas.
(Vos querrías. Yo no.)
Claro que te quería.
¿No me querías ver?
Me destapé primero un ojo,
después la mano
y el guante se fue al fondo
de una fosa común.
Esperábamos viendo (-viento).
Quien niega ahora, ¿afirma después?
Quien niega,
¿qué afirma?
¿Quién no va a la ventana?
Las huellas de tus pies
¿volvieran?, ¿todavía?
© Susana Szwarc
Maravilloso siempre. Gracias
ResponderEliminarDecir de excelencia... Impecable! Alfredo Lemon
ResponderEliminarHermoso y enigmático
ResponderEliminarHermoso y enigmático
ResponderEliminarBravo Susana. Excelente.
ResponderEliminarMaria Gabriela Micolaucich
Siempre intensos tus poemas.
ResponderEliminarIntenso muy pero muy.
ResponderEliminarMuchas gracias a cada una, a cada uno.
ResponderEliminar