4/8/24

Poema de Gerardo Lewin

 

 

El que no sabe adónde va

 

Fugan sus horas

en primarios segundos

sentado solo al fondo del espejo

lleva paquetes sin valor,

vaciados en regueros

que los bichos voraces adivinan.

 

Destinatario ausente

finge no escuchar la voz que clama,

la voz que desde lo profundo

carraspea bronca.

 

Calles deshabitadas,

inundaciones como espasmos

las ahogan.

 

Su reloj se detuvo,

neblinas invasoras establecer impiden

prioridad, cronologías.

 

¿Qué vaticinarán

clarividentes, brujos?

 

El panorama es desalentador,

se enseñorea el frío,

la negada paternidad de este presente.

 

¿Y qué debiera preguntar?

 

El fin del viaje se aproxima:

la ciudad ideal, iluminada.

El libro donde no encontrará esta frase:

“no te enamores nunca”.

 

Los otros le rehuyen

la mirada directa

o el contagio,

el mal omnipresente y expansivo.

 

Nadie lo espera,

nadie lo ha enviado

y una canción, una tonada,

la melodía ciega que no consigue abandonar,

que nada lava,

ronda, vuelve, brinca, retorna:

 

Al que no sabe adónde va

cualquier colectivo lo deja bien.

 

© Gerardo Lewin

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2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

👏👏👏👍

11 de agosto de 2024, 6:34  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Excelente! Amalia M Abaria

12 de agosto de 2024, 17:38  

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