RENUNCIA
Penetra como un tiempo frío, contemplación sin éxtasis; una
voluntad desdeñosa que se desliza como la verdad sobreviviente de una parodia,
y no hay —salvo sí, velos que la cubren— pretensión alguna que enturbie sus
fundamentos.
En la renuncia hay un gozo y no hay disfraz que nos libere
de este estado de aquiescencia. “Invisibilizar el ejercicio de la incapacidad”.
Ante el vértigo del desplome, la huida.
Se desmorona, no sin impotencia, el oculto y formidable,
“secreto”. Bajo ese estado lo hacemos, a escondidas. “Transmutarse al abandono
de la lucha”. Criaturas sucediéndose a sí mismas. Trémulos niños sin brújula ni
esplendor. Un sentir miserable y dulce, particular, casi nostalgia de pérdida.
¿Acaso no se renuncia a la vida al instante de nacer?
El proceso compartido —trama que se repliega sin piedad— nos
arrebata de la conmoción del júbilo y nos envuelve y arroja al ardor de varar
en las orillas.
La sombra agigantada conoce la hiel en la garganta, este
habitar en el “a salvo”; del estremecimiento y de la culpa.
Y el payaso aplaude desde el sitial más alto y vierte su
llanto en el escenario. Miles de gentes beben de la fuente y danzan con sus
cabezas gachas, con ojos abiertos mirando con frenesí el suelo que los
sostiene.
¡Que alguien aparte los rescoldos!
¡Que alguien mate al payaso que nos “descubre y muestra”!
Hoy, quisiera verme más pequeña que un insecto, para ver al
hombre más alto. Ascender hasta contemplar su abismo. Y la nada me expulsa a la
violencia del inicio. En el impacto del cuerpo no hay estallido.
¡Qué de las sombras varadas en la orilla!
© María Soledad Gutierrez Eguía
Querido Gustavo, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarHermosa tarea de difusión.
Qué de las sombras! Detrás de las imagenes en las que crece y muere la belleza en el suspiro de la nada, tu poética potente es un filo que atravieza el espíritu y la carne.Felicidades niña!
ResponderEliminarSusana, agradezco tus palabras.
ResponderEliminarMis cariños sinceros para vos.
Rutilante. Imágenes y pensamientos se hilvanan y fugan como acertijos. Esplendente! "La sombra agigantada conoce la hiel en la garganta..." Alfredo Lemon
ResponderEliminarAlfredo Lemon, mi gratitud hacia tus apreciaciones. ¡Gracias!
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