Poema de Silvio Bilbao
Confesión de un detective de bares
La tiza ya dibujó los contornos
de un hombre caucásico
que yace rígido
en decúbito dorsal.
En principio, el cadáver
presenta signos de defensa:
las uñas tienen restos de melancolías,
el atuendo es propio de lupanares,
y su rostro de vino, evidencia
encubrimiento agravado.
El caso es inteligentemente urdido:
la soledad es un asesino en serie
que no ejerce la violencia,
deja que sus víctimas lo hagan por ella.
Más allá de estas piezas forenses,
lo que más me preocupa es
no saber en qué parte del laberinto
nos encontramos ahora.
Este caso quedará abierto:
la silueta de este cadáver,
una vez más,
tiene la forma de mi cuerpo.
© Silvio Bilbao
Etiquetas: Silvio Bilbao
4 comentarios:
¡Excelente! La soledad es un asesino en serie que no ejerce violencia. Me gustó muchísimo. Un abrazo
Alicia Márquez
El mismo verso para mí, sobresaliente!!
Diferente, fuerte poema: el peligro de algunas soledades, ese desdoblamiento del yo que se observa asesinado, conmueven e interpelan.
Verónica M. Capellino Rando
Diferente, fuerte poema: el peligro de algunas soledades, ese desdoblamiento del yo que se observa asesinado, conmueven e interpelan.
Verónica M. Capellino Rando
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