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19/6/24

Poema de Walter Mondragón

 


LA SEMILLA DE EROS

 

Queda poco tiempo para escapar.

Cronos, ese titán, devorador de hijos

nos concita con sus fauces abiertas

desde el origen.

Sólo Rea, aquella diosa de la fecundidad,

puede salvarnos de sus dientes como zarpas

y caer con fugaz hilo de arena

que decanta su clepsidra.

Sólo ella puede restaurar nuestro linaje de dioses

mientras estamos vivos y soñantes

y hacernos pares de sus hijos en el Olimpo;

la tierra es esa cima y es ella a un tiempo.

En nombre suyo actúa el hijo de Afrodita y de Ares,

el arquero rebelde que vuela disparando sus flechas

caprichosamente, dotando de su semilla divina

a sus fortuitos elegidos.

Quien recibe la herida de Eros (que no sangra)

ya es inmortal:

 

No puede nada contra el amor el tiempo;

inconsútil es la morada de los amantes,

escapan al lugar de lo eterno.

 

© Walter Mondragón

1 comentario:

  1. Simiente divina! Bravo Mondragón! y con la hermosa ilustración de Gustavo.
    Gracias! Saludo desde Córdoba, Alfredo Lemon

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