14/6/24

Poema de María de los Ángeles Fornero

  


Julius Fucik podía percibir

un campo de violetas

entre los muros

desde sus escritos

en las cárceles alemanas

de Praga.

 

Las olía desde los pasillos

de la prisión

y las podía traducir

en el amor a los latidos

mientras caminaba hacía

la horca.

 

Fucik celebraba la vida

de otros

mientras la ira de la hidra

le arrancaba la propia. 

 

© María de los Ángeles Fornero

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3 comentarios:

Anonymous Nancy Montemurro ha dicho...

Precioso poema!!

14 de junio de 2024, 14:09  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Sentido homenaje. Muy bien dicho. Alfredo Lemon

15 de junio de 2024, 9:58  
Anonymous susana szwarc ha dicho...

Qué suerte poder recordar a Julius Fucik, y qué poema fuerte. Gracias

17 de junio de 2024, 22:02  

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