Poema de Eugenia Cabral
DIBUJAME el rostro con los dedos,
a través del vidrio que cae vertical, como
llovizna.
Que tu deseo se permita el delicado anhelo
que provoca una bandera al izarse hasta la
punta del mástil.
Dedicame un beso a través de esa metáfora
de la pérdida
que representa el vidrio interpuesto entre
dos personas.
Desde la silla donde espero a los amigos
que se fueron,
te miraré embotada por la vigilia de haber
inventado
un amante y una historia en ofrenda a
Scheherezade.
Acariciame el rostro acuarelado tras la
veladura del cristal,
con la palidez conveniente a la
anticipación del recuerdo,
con ese necesario desleimiento de la imagen
para ser conservado sobre la repisa en
potes esmerilados
-junto a postales de viaje, vasijas y
caracolas-.
© Eugenia Cabral
Etiquetas: Eugenia Cabral
1 comentarios:
Eugenia, qué bueno este poema!
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio