28/6/24

Poema de Blanca Lema

  


Luego de tres años y veinte mudanzas en tres países,

llegó la visa de refugiado de Naciones Unidas. 

 

Visa 

 

Una hoja cae en soledad.

Alguien, que también está solo, la ve caer.

 

Qué pena que no se hubieran dado cuenta

cómo sus miradas se hacían compañía.

 

Son los ojos del desencuentro

pegados sobre la cara de los refugiados.

 

Siempre con la misma confusión salina

entre el esperar y el desear. 

 

Un día, este día, otro día.

 

El día en que un pesado océano

se posa sobre el escritorio…

 

¡Y te visan, y te sellan, y te manchan los dedos!

 

Sin que sepas que algo de esa tinta te llevará

al terrorífico consulado de las buenas intensiones.

 

Hoy es un día que al decir gracias

tu voz tiene un confitado cursi.

 

Ojalá pudiese irme en silencio

como las hojas que caen.

 

© Blanca Lema

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