MIÉRCOLES
(Casilda, 1956)
( A Celia Iribarne y a su abuela Luisa)
Mamá cuida de mi abuela
como si fuera su madre,
aunque ella es
la madre de mi padre,
una mujer anciana con problemas
para caminar
y otros males que sobrevienen
si se llega a los noventa.
Las dos tienen un ritual callado
de niñas
y lo repiten cada miércoles,
cuando papá se ha ido
a su reunión del Rotary.
Entonces, mamá compra
cerveza rubia
y prepara salchichas
con chucrut
que le recuerdan a mi abuela
su vida en Alemania
porque allí,
cuenta ella
y no en Suecia, su Patria,
fue feliz.
A pesar de estos mimos
reiterados
trata a mamá
de “Usted”,
como si entre las dos
hubiera una gran distancia
y tal vez, sea así,
porque mamá
nació en la Patagonia
y es católica,
mientras la abuela
siente orgullo
de su origen
y de ser luterana.
Mamá, nos repite
a menudo
que vive en el paraíso.
Quizás sea
por
los árboles exóticos
y madreselvas olorosas
que rodean nuestra casa:
palmeras elegantes, guayabos
del mar Caribe
y hasta un castaño de frutos erizados,
con delicadas hojas doradas.
Después de la cena
de los miércoles
mientras la abuela duerme,
mamá lava los platos
en silencio
y yo recito mis lecciones
frente a la ventana.
© Lydia Helander
Cotidiano y profundo. Me encantó éste poema.
ResponderEliminarQué bello!
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