Tengo una garra en la amígdala.
Manejo por la ruta del desierto
y veo a los costados
los caldenes en manada
las espinas duras en
sus ramas,
las raíces
profundas
debajo de la arena,
que aseguran los brotes
cuando caen las heladas.
Esta tierra seca,
alpataco y jarilla
que cobija caranchos.
Me acuerdo de chica
los hachadores
haciendo
fuego en los montes.
La noche roja
día y noche talando.
Me parece ver
estos montes como
mujeres
endurecidas,
fuertes y feroces,
filoso el borde de sus manos
pero igual
quemadas
las raíces que quedan
debajo de la quemadura
los troncos negros
y la savia por dentro
esta aridez
y el viento
que no para,
ruedan los cardos secos
las lechuzas en alto
y el sol rojo que se oculta,
los pumas que preparan la pupila
y el bicherío que vive
debajo de las costras.
Ellas quietas, así
en la intemperie
como si nada pasara.
Donde era que había pasto para
las vacas hambrientas?
© Mary Coller
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