Un gato negro
Un gato negro de corbata blanca
enarboló el asombro,
balconeaba la cola en la cornisa,
breve timón del aire,
y una blanda malicia
prolongaba la miel de su mirada,
en la sospecha tensa de los pájaros
el viento de los árboles hizo, de cada
brillo un estilete
y el negro lomo entonces representó la
astucia,
los ojos del peligro destellaron
en esa redondez de vidrios verticales
hirientes, como la incertidumbre ante un
sitio con sombras,
las orejas, mariposas del rumbo, bigoteaban
estrellas
con la firme cadencia de la vida, entre el
deseo y las posibilidades,
la quietud apretada en el gesto de la
indiferencia
daba pliegues de seda a los resortes hechos
movimiento
no hay detalles en el silencio del andar felino,
camina por perfiles de sueños realizables
y atrapa de un plumazo la música que vuela,
el sol se duerme en él y a sus espaldas,
como en un fiel refugio que hace frente a
la noche,
domicilio adecuado para las almohadillas de
sus pasos.
© Héctor Gabriel Ghidini
...no hay detalles en el silencio del andar felino,
ResponderEliminarcamina por perfiles de sueños realizables
y atrapa de un plumazo la música que vuela,...
Maravillosos versos. ❤️🦋
Héctor, exquisito lenguaje realmente! adecuado para este tiempo, tiene un sustrato metafórico,,,SEBASTIÁN JORGI.
ResponderEliminarHermoso como el andar de un gato cuando "el sol se duerme en él". Felicitaciones
ResponderEliminarBello homenaje a los felinos
ResponderEliminarDescripción única. Perfecta!!¡
ResponderEliminarQué dulzura, qué belleza!
ResponderEliminarMe encantó.
¡Bello! Me recordó a mi gato negro Kuro, que me acompañó durante más de veinte años.
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