Calles vacías
I
Es domingo
y hay lo que no sucede
Un nudo ata y desata los pies del
mundo
Se abre una ventana en mitad de la
tormenta
Como si el corazón detuviera el pulso
al filo del acantilado
Hay un árbol violeta en mitad de la plaza
No sé su nombre
sólo su color
Y la tormenta
que lava
el domingo
© Marisa Godoy
Me encantó el poema. Qué buenas son las tormentas de los domingos. Te dejan limpia para volver a abrazar ❤️🦋
ResponderEliminarHermoso
ResponderEliminarBello y contemplativo... la naturaleza que nos interpela...
ResponderEliminarNATURALMENTE BELLO.
ResponderEliminarSaludos.
Anahí duzevich Bezoz
Hermoso poema y nos queda el violeta en los ojos!
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