5 de Octubre, 2020
Era el mundo en el cuenco de las manos
y en los ojos la eternidad del cielo;
los pies en la raíz del desconsuelo
de no dejarle nada a mis hermanos.
Fue así el amor, la luz y los arcanos
de la diosa cubierta por un velo,
ahora imagen nívea del anhelo
loco de cabalgar con los veranos.
El resto lo he traído en homenaje:
terca la abeja zumba hace unos días
y está por iniciarse un nuevo viaje.
Es el adiós, el mar, las travesías,
y estas dudas de las que todo extraje,
para hacer que parezcan alegrías.
© Fernando Sánchez
Zinny
Emoción pura. Muy bueno. ❤️🦋
ResponderEliminar...Y estas dudas,de lo que todo extraje... versos, los tuyos, Fernando, que movilizan al lector. Un abrazo,,Patricia Bence Castilla
ResponderEliminarDe la duda a la construcción de la alegría, en ello va tal vez el corazón de las cosas. Abrazos Gloria Arcuschin
ResponderEliminarDe la duda a la construcción de la alegría, en ello va tal vez el corazón de las cosas. Abrazos Gloria Arcuschin
ResponderEliminarHermoso tu poema, Fernando. Gracias. Un abrazo, Elena Eyheremendy
ResponderEliminarUn abrazo grande querido amigo alba estrella gutiérrez
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